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Durante más de 30 años, Wendy Stevens ha desarrollado una carrera y un negocio muy ilustres diseñando y produciendo a mano bolsos de metal. Un incendio devastador cambió todo cuando su taller quedó completamente destruido —y las plantillas que había creado con el paso de los años—. Stevens decidió aprender a usar AutoCAD LT y rápidamente descubrió las ventajas del diseño digital, que brinda una mayor velocidad y precisión a sus bolsos.
Hace treinta años, el barrio East Village de Nueva York era mucho más polvoriento e industrial. A Wendy Stevens, que vivía allí, salía con artistas y trabajaba en un club nocturno, le llegó la inspiración artística: se propuso crear bolsos hechos de láminas metálicas.
Sin experiencia en el trabajo del metal, Stevens se decidió a aprender el oficio. Para ello, adquirió un equipo e incluso pidió consejo a los fontaneros de su edificio. Con el tiempo, perfeccionó sus bolsos hechos a mano y los convirtió en, literalmente, obras de arte expuestas en museos y en la revista Vogue.
Tras dejar Nueva York en 1997, Stevens se mudó a una zona rural de Pensilvania y montó su negocio y su estudio en un granero reformado. No hizo mucho uso de la tecnología hasta un devastador incendio que tuvo lugar hace 12 años. El incendio acabó con su taller entero y con todas las plantillas de metal que había forjado y creado a lo largo de los años; nunca había hecho ningún dibujo. Mientras buscaba cómo reconstruir su negocio, se reunió con un hombre que poseía y dirigía una empresa de mecanizado fotoquímico que grababa chapas metálicas (y que hoy en día también graba su metal). Este hombre le dio una buena dosis de realidad.
«Echó un vistazo a mi trabajo y me dijo: "Sé positivamente que tendrá que hacer sus propios dibujos; yo no los haré por usted". Fue muy claro con eso», afirma Stevens. «Al principio, fue como una bofetada en la cara, pero mi marido me dijo: "Tiene toda la razón. Tus diseños son muy particulares. Tienes que hacer los dibujos"».
Se hizo evidente que era hora de implementar la tecnología en su vida. Stevens se inscribió en una clase de formación en línea sobre AutoCAD LT y buscó otros recursos y ayuda en una universidad local para aprender a usar el software. En un año, pasó de las plantillas destruidas a recursos completamente digitalizados y adoptó un nuevo enfoque para su negocio.
Stevens sigue haciendo cada bolso a mano con la ayuda de una prensa plegadora, una serie de rodillos de deslizamiento, un freno de mano y varias pequeñas herramientas manuales. Pero AutoCAD LT le ha permitido explorar nuevas oportunidades de diseño que antes no tenía. Las posibilidades del fotograbado con metal han transformado por completo la forma en la que trabaja. En la actualidad, tiene más de 140 diseños de bolsos en AutoCAD LT.
«Cortaba a mano los perfiles de todos estos bolsos y, luego, perforaba cada uno de los agujeros para poner remaches», comenta Stevens. «Trabajo con milímetros para que todo sea muy preciso. Antes, la cantidad de tiempo que tardaba en cortar y perforar cada remache y agujero era inmensa. Ahora, una vez que se crea el diseño en AutoCAD LT y se hace el mecanizado fotográfico a partir del dibujo, puedo solicitar el material del grabador y recibir las piezas listas para la fabricación. Es increíblemente eficiente tener las piezas grabadas. En realidad, mi forma anterior de trabajar era como vivir en la Edad Media. Ahora, todo puede determinarse de antemano».
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