Gracias al implante de Granta, diseñado desde el principio para brindar un ajuste perfecto, el proceso quirúrgico tomó menos de tres horas en completarse. "En ese instante, todo se hizo realidad", comenta Monroy. "Fuimos testigos de cómo el implante se fijó a su cráneo en menos de cuatro minutos, a la perfección y sin complicaciones. No podía creerlo. Todo tenía sentido".
Después de la operación, el estado de salud de Adriana comenzó a mejorar. Monroy y Carcaño la visitaron en el área de recuperación al día siguiente. "Me saludó con una enorme sonrisa y nos dijo: gracias por lo que han hecho por mí; me han cambiado la vida", recuerda Monroy. "Y, en realidad, es todo lo contrario".
"He dedicado toda mi vida a la ingeniería de productos comerciales, desde automotores hasta diseño de productos", comenta Carcaño. "Sí, sientes que dejas tu huella en el mundo, que diseñas cosas que la gente usa. Pero, cuando diseñas algo tan vital para un ser humano, algo de lo que esa persona depende para vivir, eso te cambia la vida".